Controversias Libros VI-X. Suasorias by Séneca el Viejo

Controversias Libros VI-X. Suasorias by Séneca el Viejo

autor:Séneca el Viejo [Séneca el Viejo]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Ciencias sociales
editor: ePubLibre
publicado: 0038-01-01T00:00:00+00:00


LIBRO X

PREFACIO

Séneca saluda a sus hijos Novato, Séneca y Mela.

Ya no hay razón para que me importunéis más. Si hay 1 algo que aún queráis saber, preguntadlo y dejadme ya abandonar estas aficiones juveniles para retornar a mi vejez. Os lo confesaré, este asunto comienza a aburrirme. Al principio lo emprendí con muchas ganas, pensando que de alguna manera me haría volver a la mejor época de mi vida, pero después he acabado por avergonzarme de llevar tanto tiempo tratando un tema, digamos, poco serio. Esto es lo que tienen los estudios de tipo escolar: Si se tocan por encima, gustan, pero si se tratan a fondo y en detalle, aburren. Permitidme, por lo tanto, agotar de una vez mis recuerdos y dejadme tranquilo, aun a cambio de tener que jurar que os he contado todo cuanto sé, cuanto he oído y cuanto he creído importante en este asunto.

En todo caso, no creo que venga a cuento el modo como 2 declamaba el yerno de Tito Livio, Lucio Magio (por mucho que durante algún tiempo tuviera su público, la gente no lo alababa por sus méritos, sino que lo soportaba por los del suegro), ni tampoco cómo declamaban Lucio Asprenate o Quintiliano el Viejo[198]. Los pasaré por alto, ya que su fama se extinguió con ellos.

Y ya será un abuso si me preguntáis por Escauro, porque vosotros habéis ido a escucharlo conmigo. No sé de nadie con cuya manera de ser haya sido más tozudamente indulgente el pueblo romano. Hablaba sin haberse preparado; muchas veces tomaba conocimiento del caso sentado ya en los bancos de los abogados y otras muchas mientras se ponía la toga. Más parecido a un litigante que a un abogado, le gustaba provocar la réplica del adversario para suscitar una discusión. Sabía bien dónde residía su fuerza. No había nadie más encantador que él, ni nadie más hábil. Su estilo oratorio era como el de antes, sus expresiones, graves y nunca vulgares, y su rostro y su porte, extraordinariamente apropiados 3 para dotar de autoridad a su oratoria. Pero todo esto no demuestra el gran orador que dio pruebas de ser el perezoso de Escauro, sino el gran orador que renunció a ser. La mayor parte de sus intervenciones eran malas, pero no obstante, en todas quedaba algún vestigio de su talento, tan grande como descuidado. Raras veces pronunció un buen discurso y en tales casos eso había que atribuirlo más bien a la casualidad. Su prolongada o, mejor dicho, su eterna indolencia le había llevado a no querer, a no poder ocuparse de nada. Publicó siete discursos que después un senadoconsulto hizo quemar. El fuego le habría hecho sin duda un favor, si no fuera porque se conservan unos opúsculos que son un atentado contra su reputación, mucho más flojos, si cabe, que sus propios discursos. Y es que, en los discursos, la falta de cuidado quedaba compensada por el ardor, mientras que en los opúsculos hay menos ardor, pero no menos negligencia. Lo oímos



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.